5 Buenas prácticas para la gestión de la energía en las industrias

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5 Buenas prácticas para la gestión de la energía en las industrias

Hoy en día, muchos gerentes de planta que operan en empresas industriales, las cuales representan el 33 por ciento del consumo total de energía en los Estados Unidos, se encuentran un tanto ansiosos al tener que seguir programas como el desarrollado por el Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés).

La Iniciativa de Mejores Plantas en E.U. requiere compromisos corporativos para reducir la intensidad en el uso de energía en todas sus operaciones en hasta un 25 por ciento, esto en un período de diez años.

Si bien hay un gran interés en esta y otras iniciativas de reducción de energía a nivel mundial, los objetivos pueden parecer desalentadores, especialmente cuando gran parte del consumo de energía de operación de muchas empresas esta destinado al cumplimiento de la producción inmediata o al mantenimiento de procesos críticos.

Aún así, más de 1,800 plantas en Estados Unidos, incluidas aquellas dirigidas por fabricantes líderes como 3M, Volvo North America y Owens Corning ya han logrado un progreso sustancial en estos objetivos.

A pesar del hecho de que estas firmas son referentes a nivel global, la verdadera respuesta se halla más allá de lo que las empresas hacen en sus procesos diarios.


La gestión de energía

Muchas compañías exitosas emplean ISO 50001, un estándar internacional para construir sistemas de gestión efectivos que puedan ser aprovechados por organizaciones grandes y pequeñas por igual, para así lograr objetivos en materia de gestión de la energía.

Diseñado para crear un marco para que todas las organizaciones logren una mejora continua en el rendimiento energético, ISO 50001 es similar a otros sistemas de gestión populares como ISO 9001 para la gestión de la calidad, e ISO 14001 para la gestión ambiental.

En E.U., se trate de una empresa pequeña o grande, no se tiene que ir tan lejos como para obtener la 3ª certificación y los beneficios de establecer un programa de administración de energía exitoso.

Más allá de la certificación, es importante saber que un programa de gestión de la energía óptimo suele resultar en costos más bajos, ahorros sostenidos a largo plazo, mejora de la efectividad operativa y una mejor organización entre los equipos dentro de la empresa.

A continuación, enumeramos cinco pasos simples para ayudar a quienes buscan el éxito en cuanto a gestión de la energía se refiere:

 

Construyamos el equipo y consigamos la aprobación desde arriba

La gestión estratégica de la energía comienza con un equipo efectivo, y ese grupo de personas requiere de un líder comprometido de tiempo completo.

Un equipo de energía eficaz tiene que estar dirigido por alguien con la capacidad de influir en decisiones operativas, y que también pueda obtener la aprobación de los ejecutivos o la alta gerencia para brindar apoyo al programa.

Para ser eficaz, el líder del equipo de energía debe tener bajo su mando a un grupo diverso de miembros. Esto porque las responsabilidades que tendrá frente a sí van desde el análisis de datos hasta la gestión de proyectos, así como la comunicación de los objetivos de energía a los empleados.

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Obtengamos los datos que se necesitan para medir y hacer un seguimiento del éxito

Un programa de gestión de la energía efectivo, como la mayoría de las decisiones de negocios en la actualidad, requiere los datos correctos.
Recomendamos comenzar con los de la factura de servicios públicos. para así comprender las tendencias en el uso de energía a nivel de planta.

La información más detallada, como los datos de energía en tiempo real, los de producción y los meteorológicos, nos ayudan a comprender la situación energética completa mediante la identificación de los impulsores clave de su gasto energético.

Por supuesto, recopilar, acceder y presentar estos datos puede ser una ardua tarea, así que recomendamos software de inteligencia energética (Energy Intelligence Software, EIS por sus siglas en inglés) para mantenerlo todo junto. Recordemos que lo que importa es la calidad de los datos, no la cantidad de estos.

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Establezcamos metas que sean relevantes para el negocio

Una vez que se obtienen todos los datos, ¿qué debemos hacer con ellos? Hay que asegurarnos de revisar los datos existentes de la instalación para identificar los usos clave de la energía (ISO los llama «Usos Significativos de Energía», o SEU por sus siglas en inglés) y las métricas que se usarán para medir el éxito.

Elijamos métricas que sean relevantes para el negocio; por ejemplo, si ya se realiza un seguimiento de los costos operativos por unidad enviada, pensemos en incorporar unidades enviadas como parte de las métricas de energía.

Establezcamos metas para la gestión de la energía en la organización utilizando esas métricas, pero siempre siendo realistas: el éxito no siempre significa «ahorro de energía del 25 por ciento». También se pueden establecer metas más modestas, como el uno por ciento de mejoras de rendimiento de energía incrementales bajo ISO 50001.

Lo que importa es que las métricas y sus objetivos estén sustentados, que podamos rastrear los datos correctos para medir el rendimiento, y que los objetivos concuerden con los principales impulsores del rendimiento energético.

 

Usemos una combinación de software y personas para hacer el trabajo

Dado que el objetivo de los programas de gestión de la energía a menudo es mejorar la eficiencia y ahorrar dinero, aprovechemos al máximo las herramientas al alcance para lograrlo. Y no hablamos de contratar un ejército de pasantes para analizar los datos de la empresa y encontrar oportunidades, sino de usar el software de inteligencia energética para entender los datos y obtener ganancias rápidas a través de medidas de ahorro de energía gratuitas y de bajo costo.

¿Queremos ir más lejos? Contratemos entonces a un equipo experto de servicios profesionales, capacitado en los sistemas que consumen energía y con conocimientos sobre nuestro negocio, que pueda profundizar en las operaciones con evaluaciones de inmersión y ofrecer recomendaciones cuantificadas para mejorar el rendimiento.

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Comuniquemos el éxito interna y externamente

Un programa de gestión de la energía efectivo implementado en nuestras instalaciones puede traducirse en ahorros reales. Lograr estos beneficios requiere poner la gestión de la energía a la vanguardia en toda la organización y capacitar a los empleados y proveedores externos en el impacto energético de su trabajo.

El logro de la certificación ISO 50001 requiere esta educación interna, la cual puede tener el beneficio adicional de mejorar el compromiso y productividad de los empleados.

Una vez alcanzadas las metas que nos propusimos, asegurémonos de obtener el crédito por nuestro trabajo. La certificación de terceros bajo la norma ISO 50001 es una forma de demostrar nuestro liderazgo en la gestión de la energía.

Las empresas con operaciones en los E.U. pueden ir más allá de la norma ISO 50001, y lograr una designación de rendimiento energético superior ofrecida por el DOE para aquellas firmas de élite que realizan mejoras de energía significativas y duraderas en sus instalaciones.

Fuente: Enel X

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